lunes, febrero 19, 2007

Si Carl viviera estaría orgulloso de mí.


Hay una subespecie humana que tiene la capacidad de multiplicarse hasta el infinito, causar estragos en el sistema nervioso, promover contradicciones ideológicas y ensimismamiento galopante:

Los promotores de supermercado.

Y puedo decir, sin falsa modestia, que me he convertido en una estudiosa de sus comportamientos (Etóloga de promotores) y muy hábil evasora de sus ataques.
Este soliloquio fue posible gracias al intensivo estudio realizado sobre los ocho tomos de la obra "De la Guerra"
del estratega alemán Carl Von Clausewitz.

Como parte de los servicios a la comunidad brindados en este blog, paso a describir sucintamente las subespecies más abundantes con el fin de precaverlo, querido lector, y que no sea usted el objeto de sus antojos.

Hay una profunda subdivisión caracterizada por la geografía y la logística de los ataques:
Promotor In Góndola y Promotor Out Góndola.

- Promotor in góndola
a) Gastronómico: Es aquel personaje disfrazado de caja de calditos, de pote de queso untable, o de sobrecito de jugo diluíble. Se encuentra fuertemente arraigado a una bandeja con galletitas o vasitos a medio llenar y nos invitará a degustar la exquisitez del producto que publicita.
Es el más benevolente y el menos dañino de los sujetos, porque sus ataques no son salvajes ni arteros. Siempre tiene que acercarse a la víctima con cuidado para no volcar el contenido de la bandeja. En consecuencia, lo vemos venir de lejos.
Son tan buenos que parecen personas, y a veces se les forma fila de probadores profesionales. (Peligro=Bajo)

b) Cosmético/Higiénico: Aquí ingresamos al terreno del disfraz más elaborado, un camuflaje que bien podría pasar por "elegante con mal gusto". La única manera rápida de detectarlos es porque son muy jóvenes, y un joven nunca se vestiría así.
Cuentan con mayor movilidad, ya que dificilmente los veamos acarreando un bidón de lavandina de 5 lts. o un frasco de shampú. Hablan bajito, lo que hace complicado detectarlos si están ocupados atacando a otro incauto. (Peligro=Moderado)

- Promotor out góndola
a) Vendedores de Planes de Autos: Son fácilmente detectables, porque se encuentran profundamente concentrados en la lectura del periódico.
Uno pasa por delante del auto publicitado, transpone su escritorio (a veces vacío), y ya está. (Peligro=bajo)

b) Vendedores de Telefonía Celular: Son practicamente indetectables, porque se visten como cristianos. Se ubican en los ingresos de los supermercados, simulados entre los compradores, como quien espera a que salga la patrona.
Su ataque es sorpresivo y aterrador, porque te gritan en el oido cosas como
"¡¡¡ YA TENÉS TU CETEÍ ??!!!"
Y uno quedó ahí, seco de un espasmo coclear, aturdido, obnuvilado.
Cuando retomemos control de nuestros actos descubriremos que sostenemos una birome en la mano y habremos estampado la firma en un ignoto papel, que suscribe nuestra adhesión al quinto celular en comodato. (Peligro=Alto)

c) Vendedores de Servicios Bancarios: Por su elaboradísima estrategia de abordaje son los más ponzoñosos y despiadados.
Primero hay que tomar en cuenta que los supermercadistas son conscientes cómplices de sus tropelías, y también deberían ser castigados por las consecuencias.
Los promotores de servicios bancarios no caminan: se deslizan.
Van siguiendo una trayectoria paralela a la linea de cajas, al aguardo de que su víctima termine de pagar la cuenta. El incauto está acorralado, porque indefectiblemente tiene que cruzar delante de ellos con paso demorado empujando el carrito.
Y el promotor, cual hábil y paciente ofidio cruzado con arácnido, espera.
Sólo chequea visualmente, y espera...

Cuando el comprador está muy entretenido guardando la billetera y buscando las llaves del auto, sobreviene el ataque, traicionero y mendaz:
" ¿¿ Ya tramitó el descuento en su compra ?? "
Estimado lector: sólo puedo decirle que si se quedó ahí el tiempo suficiente como para escuchar el final de la pregunta, usted está muerto. Con la vista de un águila ese artero personaje ya divisó con cual modo de pago usted canceló su cuenta, y elaboró toda clase de conjeturas y conclusiones.
Como perjuicio mínimo usted va pasar a engrosar las listas de víctimas de los traficantes de datos para telemárketing, y recibirá en su teléfono un promedio de 32 llamadas diarias ofreciéndole el oro, el moro, y un coro. Siempre por úna módica suma que se debitará automáticamente en forma mensual, correlativa y consecutiva de su saldo de caja de ahorro.
Ah, sí!, usted ahora tiene una caja de ahorro. Y una Cabal Naranja.
(Peligro=Alto, Altísimo!)


Como zafar:
Para los casos In Góndola (a) y (b), alcanza con estar atento y haber almorzado antes de ir a comprar. Y haberse bañado, claro.
Para los casos Out Góndola:
(a) el vendedor no sabe que usted está ahí, pase tranquilo

(b) Siempre siempre entre a los supermercados simulando hablar por su teléfono celular. No falla.
(c) Mándese la compra por envío a domicilio y al ser abordado por el promotor grite y simule que le quisieron arrebatar la cartera. Lo peor que le puede pasar es que será sacado del supermercado escoltado por los guardias de seguridad.


Más información sobre Carl Von Clausewitz aquí, y algunas de sus frases más mentadas aquí.

8 comentarios:

Nerón dijo...

por suerte, yo llamo desde la clandestinidad de un free toll number, a yanquis iracundos que votan a george w. Pero nunca caería tan bajo como para ser promotor de supermercado.

Amperio dijo...

Díalogo del inimputable con promotora anónima:

-¿Le gustaría acceder a los beneficios de la tarjeta CMR de Falabella?
-Ni en pedo, Negra.

Fla-q dijo...

Usted se ampara en el anonimato, Nerón.
Lo voy a tener que investigar, y será tema de una próxima monografía.

Fla-q dijo...

Amperio: Su elaborada y compleja respuesta es, evidentemente, producto de la evolución difundida por Darwin. Lo suyo es puro instinto de supervivencia, sépalo.

Paula dijo...

Salida de COTO.
Progenitor de hija, hija y yo.
Hasta las garompas de bolsas con cosas.
Intercepta salida: promotor de (en ese momento) Movicom.
Manotea boleta y dice "te ganaste un movigarch con tu boleta, sarasa, sarasa".
Yo: "gracias, pero no quiero tener un movigarcha".
El: "tenés descuentos especiales... (sarasa)"
Yo: "gracias, no".
El: "con un movigarch, podés..."
Yo: (más fuerte) "no, que no me interesa".
El: "nosecuantas cuotas de..."
Yo: (molesta, a gritos, manoteando mi boleta y encarando feamente al promotor) "no entendés que no quiero? que no me interesa? que no me importa tener un movigarcha? cuántas veces te lo tengo que decir?"
Señor de Seguridad: "señora, qué pasa?"
Yo: "este pelotudo no entiende lo que significa "no quiero un movigarcha" y me lo quiere encajar igual".

Y nos fuimos del COTO.

Fla-q dijo...

ESA ES MI CHICA!
Logró convocar a la seguridad del supermercado. Obtuvo su diploma.
Querés participar de la promoción?

Guillermo dijo...

¿Y los promotores telefonicos? ¿Los que te llaman a la hora exacta de la cena para ofrecerte Internet a supervelocidad y una cuenta bancaria con u$s 5 millones de credito? Especie peligrosa, sobre todo si son señoritas con voces dulces como la miel...

Fla-q dijo...

No se deje engañar, Guillermo!
Las de voces dulces pesan 174 KG y tienen pelos en las axilas!!!