jueves, abril 02, 2009

Para qué quiero pies, si tengo alas.

I
Hace algunos años había una publicidad de una compañía telefónica que tenía como fondo la canción "En el país de la Libertad", de Leon Gieco.
Recuerdo que en el momento en que la vi, se me cayó un ícono. No me había gustado nada que Gieco cediera su canción para la publicidad de una multinacional de dudosa transparencia.

II
La semana pasada reporteaban a Leon Gieco en la radio. Contó que el músico Alejandro Davio le pidió que participara de un recital a beneficio del Hospital Garrahan. Necesitaban juntar 45000 dólares para comprar un neuroendoscopio para la detección y tratamiento precoz de la hidrocefalia.
Alejandro sufrió hidrocefalia y fue operado en el H.Garrahan muchas veces durante su infancia.
Leon le explicó a David que no iba a ser nada fácil juntar ese dinero con un recital.

III
En esa época, una agencia de publicidad le estaba pidiendo a Leon que vendiera (como fuera) los derechos de "En el país de la Libertad" para la publicidad de una compañía telefónica.
Leon se fue derechito a la compañía y les dijo el precio: Un neuroendoscopio para el Garrahan.

PERDÓN LEON! TE JUZGUE MUY MAL, mis disculpas, respeto y admiración siguen contigo!

Mundo Alas es una película que demuestra cabalmente que el todo es más que la suma de las partes.
Ser abierto, tener corazón y poner energía para dejar de ser tolerante y sólo ser todo un humano al lado de todos los humanos.




Pancho Chevez, el armoniquista sin brazos ni piernas, saludó al público de Cosquín Rock 2009 diciéndoles:
"Cuando terminemos de tocar, les firmo autógrafos".

Todo sobre MUNDO ALAS aquí

martes, marzo 31, 2009

Rencor, mi viejo rencor....

Para fabricar las servilletas de papel que colocan en los bares, se debe contar con una personalidad perversa y siniestra, además de una profunda animosidad contra el prójimo.


- Están dobladas de una manera en que al tomar una, inevitablemente se rasga por el medio.

- Si intentamos evitar la rasgadura sacando varias del dispenser pueden suceder tres cosas
1) que nos cortemos los dedos con el borde filoso del dispenser de latón.

2) que la pila de servilletas se desenganche y, por efecto del resorte que las empuja, salgan disparadas hacia el cielo con una lluvia de papelitos digna de Clemente generando la inquina irreversible del mozo.

3) que sucedan (1) y (2) al mismo tiempo, con lo cual, tampoco podremos solicitar una curita...

- Las servilletas tienen una cara sedosa, ergo, impermeable.
Casualmente es el lado que queda sin pliegues, ergo de nuevo, es la cara del papel con la que intentaremos secarnos los labios...en vano.


- Si se vuelca la coca, y tapamos el charco con las servilletas, lo único que conseguimos es que la coca derrame por los bordes de la mesa y nos moje la ropa, que con la servilleta impermeable tampoco lograremos secarnos.

Por lo expuesto y lo omitido, declaro que los fabricantes de servilletas para bares son unos inadaptados sociales, vandidos infames y abusadores de la confianza pública.

He dicho.

(hablando de inadaptados, hay uno que descubrió que sirven para escribir..."Delgadas servilletas como alcohólicas reclusas")