Visitas
Si, ya saben que no puedo concentrarme. Y me fui de viaje, y volví, y sigo con el mismo síntoma. Se me quemaron las válvulas nomás, así que no me pidan que cabecée.
Pero ahora vengo a contar que hace un ratito recibí una visita inesperada.
Llueve (diluvia) y salí de mi despacho para hacerme un té. Y sobre el mármol de la mesada de la cocina estaba Dragonfly!Con las alas mojadas y patitas para arriba, estaba haciendo mucho esfuerzo por despegarse de la mesada. Qué situación!
Papel de cocina mediante me dispuse a secarle las alitas, le dí el dedo (si le doy la mano, la aplasto) y aquí estamos, haciéndonos compañía amigablemente.
Me dijo que se queda hasta que pare de llover.
Y les manda saludos.
12 comentarios:
Usted es una santa.
Ay, pero QUÉ ASCO INMUNDO!!!
no, no, mire.
Esas porquerías no me gustan.
A mi favor: tampoco me animo a matarlos.
besos
Bichito de Dios...
Si me lo encuentro en mi cama me muero.
Ya me desacostumbré a despertarme con todo tipo de bichos, soy un tipo serio.
y eso que no vio la mañanita que le tejí, Mostro.
=)
Pero Mona! Es una simpática, inocente, gentil y tierna libélula!
no sea arisca!
No, Esucorcel, no creo que hubiera ido a la cama. La verdad es que encontrarse con una libélula, una noche de tormenta en un 8vo piso es bastante inusual...
Los bichos que usted encontró, hasta a dónde escalaron?
¿Tejés? Te felicito.
Hasta dónde escalaron no podría precisar, pero solían ser volvedores y masoquistas -condiciones que se potencian entre sí.
Es una de todas mis habilidades poco explotadas, Mostro. No me haga prifundizar en detalles, por favor.
El bicho volvedor es jorobado, Ensucorcel. Pero el masoquista es merecedor de un certero chancletazo entre las cejas. Se ponen muy pesadísimos.
Y lo bueno es que las libélulas se alimentan de mosquitos. Quién no quisiera una mascota así.
Usted dice que se dejará domesticar, Servi?
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