Volver es morir un poco - Capítulo IV: El lado bueno de lo malo
Pipa era una playa bastante típica.
Sobre la costa se agrupaban una serie de bares y restaurantes que, convenientemente, atendían a los turistas que se asoleaban en la arena.
En junio de 2008, un buen día, empezó a llover. Y no paró por más de una semana.
La arena no llegaba a absorver tanta agua caída.
Y un día el mar creció, pero cuando la marea bajó la playa quedó así.
Y ahora?
Los clientes de un lado. Los bares del otro.
Entre ellos 50 metros de agua cristalina.
Então, rapaz? Vamos dar un jeitinho que va a dar certo. Valeu!
2 comentarios:
Esta gente es empresaria eso está claro. La atención al cliente ante todo!!!
Que es eso de que me tenga que mojar los piecitos para ir a buscar mis sandwiches? Acaso estoy en la playa?
Esteeeeeeeeeeee....
Por supuesto, Mona. Además cabe destacar el profundo entrenamiento en equilibrio que desarrollaron! No era nada fácil llegar con la caipiriña sin volcar. =D
Publicar un comentario