Gracias Pablo, pero paso. Me fui de Buenos Aires huyendo de Madona. Llegué a Brasil, y la maldita me siguió. Desde el avión a donde la compañia aerea le dedicó el número de su revista de a bordo y un canal exclusivo de audio, hasta la tele, los bares y la sopa, todo era Madona. Volver a Buenos Aires y pasar un mes sin escucharla me dió una paz coclear que ni le cuento!
2 comentarios:
¿Y eso es bueno o malo?
Si es bueno: felicitaciones!
Si es malo: sáquese la mufa.
Gracias Pablo, pero paso.
Me fui de Buenos Aires huyendo de Madona. Llegué a Brasil, y la maldita me siguió.
Desde el avión a donde la compañia aerea le dedicó el número de su revista de a bordo y un canal exclusivo de audio, hasta la tele, los bares y la sopa, todo era Madona.
Volver a Buenos Aires y pasar un mes sin escucharla me dió una paz coclear que ni le cuento!
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